Tienes una cita con alguien que te gusta mucho, quedas en el punto de encuentro que planearon, se sientan en la mesa y esperas con emoción y algo de nervios esas primeras palabras. Las palabras que abrirán lo que puede convertirse en una amistad o en una relación, o las mismas que harán que quieras salir corriendo al comprobar que aunque el gusto físico está ahí hace falta lo más importante: la química.
Pues eso mismo pasa con la escritura: cada palabra tiene el objetivo de captar la atención de nuestro lector y motivarlo a leer, a conocernos poco a poco y a llegar a ese punto final para que así, tal vez, quede con ganas de una segunda cita, que volviendo a este caso, sería visitar nuevamente nuestro blog o nuestro contenido en Instagram.
Por eso, siempre le digo a mis clientes y asistentes de mis talleres que para mí una de las cosas más importantes es escribir un primer párrafo que atrape, que despierte curiosidad e invite al lector a leer hasta el final.
Suscríbete gratis a mi podcast en Spotify, Ivoox y YouTube para que no te pierdas ningún episodio quincenal.
¿Qué se debe hacer y qué no al escribir un primer párrafo?
Cuando hablo de escribir un primer párrafo no me refiero a repetir el titular o decir, en pocas palabras, de qué va el post, como si se tratara de una noticia periodística que debe decirlo todo al inicio (pirámide invertida).
Para mí abrir un texto, ya sea para blog o para un post de Instagram, debe generar curiosidad.
Así que aquí te doy 4 consejos para hacerlo de una forma dinámica, estratégica pero muy creativa.
Pon a tu audiencia en situación con el tema del que vas a hablar
Déjame te lo explico. Digamos que vas a hablar sobre platos saludables que puedes cocinar en 30 minutos.
Lo “normal”, lo que hace todo el mundo, sería empezar el post diciendo: “En el post de hoy te hablo sobre cómo preparar platos saludables en solo 30 minutos y cuidar tu línea y tu salud”, pero qué tal si en lugar de hacer eso haces algo así:
“Abres la nevera, revisas todas las opciones que tienes pero no sabes qué preparar. Necesitas algo rápido, que puedas hacer en un periodo corto de tiempo (porque no eres de los que disfruta mucho de la cocina), pero estás en la tarea de alimentarte mejor. “ ¿Te sientes identificado? Si sí, buenas noticias porque hoy te doy 3 recetas ricas, sanas y deliciosas que puedes preparar en solo 30 minutos. ¿Empezamos?”
¿Has visto la diferencia? Aquí has hecho que tu lector se vea reflejado en el texto y has creado un contenido más visual.
Crea expectativas
Cuando alguien se interesa en leer nuestros posts es porque quiere resolver un problema puntual que tiene, así que una buena forma de motivar a la lectura es dejar claro qué tipo de cosas podrán conseguir si leen tu artículo.
Sigamos con el mismo post de 3 recetas sanas en 30 minutos.
Podrías abrir el post con algo así:
“¿Te imaginas abrir tu nevera y saber cómo utilizar ingredientes cotidianos que todos tenemos en casa para elaborar comidas saludables que puedes hacer en tan solo 30 minutos? Pues bien, hoy te enseñaré que es posible y que no necesitas ser un experto en la cocina ni gastar mucho tiempo en la preparación.”
Empieza con una pregunta reflexiva
Yo siempre digo que soy fan de las preguntas a la hora de escribir porque me gusta que mis lectores queden con ganas de encontrar la respuesta a través del texto. Por lo que una buena idea sería empezar ese primer párrafo de tu post con una pregunta clara pero contundente que deje al lector con ganas de más.
Para iniciar un post a mí, personalmente, me gusta iniciar con preguntas retóricas, es decir, preguntas afirmativas sobre las que sabemos la respuesta.
Sigamos con el mismo ejemplo. Podríamos escribir algo así:
“¿Piensas que preparar platos saludables todos los días toma mucho tiempo y es una actividad reservada únicamente para los amantes de la cocina? Si la respuesta es sí, déjame demostrarte que todos podemos hacer platos ricos, sanos y rápidos en tan solo 30 minutos con este post.
Aquí te dejo un post donde te explico más este tema.
Con una pequeña historia
Si me sigues de hace tiempo, sabrás que este es el consejo que más me gusta. Storytelling puro y duro.
Las historias generan una conexión emocional instantánea con el lector porque este no distingue si está leyendo, viendo o viviendo la historia. Para el cerebro es exactamente lo mismo. Por ello, empezar con una historia te ayudará a captar la atención de tus lectores, relajarlos mientras leen y activar sus neuronas espejo para que, por unos minutos, se pongan en tus zapatos.
¿Cómo abriríamos el texto del mismo ejemplo con una historia?
“La cocina nunca ha sido lo mío. Me encanta comer pero me aburre tener que pasarme horas en la cocina, y por ello siempre terminaba comiéndome una pizza congelada del Lidl. Pero qué pasaba después, que no me sentía bien. Sentía que no estaba cuidando mi cuerpo, que es mi templo, ni tampoco mi salud, y decidí investigar si había alguna manera de comer de forma más saludable sin necesidad de gastar mucho tiempo en la cocina.
Así que después de probar, experimentarlo yo misma y ver que no era una falsa promesa que vi en Internet, descubrí que sí es posible preparar recetas sanas, fáciles y muy ricas en solo 30 minutos, que para gente ocupada como yo y seguramente como tú, no es nada. ¡Aquí te muestro algunas de mis favoritas!”
¿Cuál de estos cuatro consejos para escribir un primer párrafo que atrape la atención de tu lector fue tu favorito? Cuéntamelo en los comentarios.
¡Happy writing!