Escribir y viajar: ¿se puede traviajar o es sólo postureo?

Escucha “Sobre traviajar” en Spreaker.

Traviajar fue una de las promesas que me hice el año pasado cuando estaba amargada en las 4 paredes de mi último trabajo de oficina. Me imaginaba viajando y trabajando mientras escribía en lugares diferentes y dejaba fluir mi creatividad. Pero el comienzo no fue fácil. Al principio cuesta desligarse un poco de la idea de “estoy de vacaciones” y comprender y hacer entender a los que viajan con nosotros que también estamos trabajando.

Eso es traviajar, poder dedicarnos a nuestro oficio o trabajo desde la parte del mundo que queramos.

Mi experiencia: ¿en serio puedo traviajar?

A lo largo de este año que he estado viajando más que en toda mi vida. He estado en Estambul, Bruselas, Islandia, Budapest, Cerdeña, Palermo, Sevilla, Madrid, Granada, Barcelona, varias ciudades de Colombia y Ciudad de México, y a lo largo de cada experiencia he ido mejorando mi técnica de trabajo y compaginado mejor el trabajo, el placer, y la familia (cuando estoy en Colombia o España) para darle espacio a todo.

Pero espera,

Si me estás imaginando con el ordenador en la playa o metida en un piscina mientras mando emails y me tomo alegremente una piña colada, bórralo de tu mente porque así no es cómo funcionan mis vacaciones trabajadoras. Más bien imagíname como estoy en este momento: sentada en el Starbucks más cercano a mi Airbnb, tomándome un capuchino (porque sin café no funciono) y trabajando al lado de una ventana porque según yo me inspira. Uno no sabe lo productiva que puede ser hasta que tiene 4 o 5 horas para hacer todo lo que haría en un día.

Así que lo de postureo lo descartamos porque sinceramente lo último que me llevaría a la playa sería el ordenador, y las fotos del emprendedor en la tumbona produciendo dinero y diciendo que puedes viajar por el mundo y ganar un montón con tu negocio en piloto automático tampoco me lo creo…

Traviajar se trata de organización, responsabilidad, productividad y trabajo.

Pero veamos en detalle los 4 ingredientes que todo escritor emprendedor que quiera escribir y viajar debe tener en cuenta para lograr el objetivo y no estresarse ni perder de vista lo importante en el intento.

Organización: prioridades claras

Lo primero que hago es hacer una lista con mis tareas más urgentes. Aquí entran siempre mis clientes. Si tengo un copy que hacer, una página de venta, una estrategia que crear o un taller que dar (como cuando estuve en Colombia), le doy más prioridad a eso que a mi propio contenido. (por eso me han visto posteando menos en Instagram y dos semanas sin publicar en mi podcast)

Primero hay que centrarnos y definir lo más importante: nuestros clientes, las personas que han depositado su confianza en nuestro trabajo. Aunque claro, crear contenido propio también es importante porque si no le damos visibilidad a lo que hacemos ni generamos contenido que atraiga a nuevas audiencia, ¿cómo vamos a tener nuevos clientes?

Responsabilidad: el cliente primero…

cuando traviajas tienes que ser organizada para cumplir con todo. A tus clientes no les interesa si estás de vacaciones o no, les interesa que hagas bien tu trabajo y que lo entregues en las fechas acordadas. Así que lo que yo hago es dedicar un día entero a trabajo y otro a turismo. O medio día a trabajo, y el otro medio a turismo, y poner fechas de entrega que se puedan cumplir. Así lo hice en CDMX. 

Si normalmente me toma 10 días hacer un copy (por poner un ejemplo), si estoy de viaje pongo 15, por si hay algún percance, que puede pasar.

Nuevamente la importancia de organizarnos bien: escoge algunas horas del día en las que te sea fácil trabajar (en mi caso las mañanas) y trata de aprovecharlas al máximo.

Nunca, nunca, nunca, le quedes mal a un cliente. La responsabilidad hablar mucho de ti y de la calidad de tu trabajo.

Productividad: hacer más en menos tiempo

Si tenemos menos horas de lo normal para hacer nuestro trabajo, me levanto más temprano (entre las 5:00 a.m a máximo las 7: 00 a.m), me ducho y salgo de mi casa a buscar un lugar en el que trabajar (me encanta buscar en Google cuáles son los mejores lugares para trabajar en la ciudad en la que estoy) y trato de ir a alguno de ellos.

Cero distracciones, me enfoco en lo que estoy haciendo y no me paro de la mesa hasta terminar. En Colombia y México trabajé casi siempre en las mañanas: entre 5 a 6 horas. Ejemplo: de 7 a.m a 1: p.m. Y algunas veces en las noches. En Colombia como mis papás trabajan, aprovechaba cuando no estaba con ellos, para trabajar en mis cosas.

Eso es la productividad, tratar de hacer lo mismo que hacemos en un día completo en menos tiempo. Créeme, se puede. Pero hay que evitar estar e Instagram, hablando por WhatsApp o perder el tiempo en cosas banales.

Trabajo: no working no funny

Traviajar es genial. Una de las mejores cosas que he hecho este año. Descubrir otras culturas, ver otros paisajes, conocer otro tipo de gente me llena de creatividad, me da miles de nuevas ideas que implementar y llena mi alma porque necesito salir de mi rutina con frecuencia. Pero no se nos debe olvidar que estamos trabajando.

Si no trabajas y logras buenos resultados, esa idea idílica de escribir y viajar no llegará intacta hasta un próximo viaje.

Es importante que la gente que viaja contigo o que visitas te entienda

Eso mismo hay que explicárselo a la gente de nuestro alrededor para que entiendan que no estamos en un plan de vacaciones normal. Que no tenemos las 24 horas del día para pasear, sino que, aunque no trabajemos en una oficina en un horario de 9 a 5, también estamos ocupados y eso merece respeto.

En Colombia mi familia sabía que tenía que trabajar unas horas todos los días (aunque no entendieran en qué :P). Afortunadamente mi pareja, que es con el que viajo la mayoría del tiempo, también es emprendedor y está en mi mismo plan (A veces él trabaja más que yo y me toca a mí recordarle que también estamos de vacaciones)

Aquí te dejo un episodio del podcast para que conozcas nuestra primera empresa.

Que las personas que viajan con nosotros entiendan que nuestro ritmo de viaje es diferente y que tenemos responsabilidades que cumplir alejará posibles distracciones, peleas y ansiedad por cumplir las expectativas de los demás.

Estos son los 4 ingredientes que empecé a implementar desde que iniciaron mis viajecitos mensuales en febrero de este año. A mí me han funcionado, me hacen disfrutar de ambas cosas: de traviajar en una ciudad diferente, escribir posts para mi blog, crear contenido para mi marca personal y trabajar en los proyectos de mis clientes.

Espero que a ti también te funcione si estás pensando en esto.

Cuéntame si tú también has tenido experiencias traviajadoras y si tienes algún otro ingrediente que no he mencionado que agregarías.

Te leo en los comentarios.

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