“Todo niño es un artista. El problema es cómo seguir siendo un artista una vez que crecemos “. – Pablo Picasso
Cuando somos niños todo nos asombra y cada actividad es una posibilidad gigante para hacer y vivir algo extraordinario. Un Lego se convierte en la oportunidad perfecta para construir un castillo indestructible y nuestra habitación se convierte en el escenario de nuestras mejores películas.
Así es la creatividad y así la vivimos en la infancia, como una fuente inagotable de descubrimientos y nuevos empiezos que nos hacen sentir conectados a la tierra y muy felices.
Lo malo es que cuando llegamos a la adultez, esa chispa creativa poco a poco se va perdiendo y pasamos de asombrarnos por todo y pasarla bien con lo poco o mucho que tenemos a exigirnos más de lo necesario, autoflagelarnos por lo que no tenemos y existir en lugar de habitar la vida.
Lo que hace que el proceso creativo se empiece a vivir como una batalla en la que el niño quiere crear con libertad y el adulto ataca con su crítica.
La pregunta aquí podría ser, ¿ cómo hacer un balance para que ambas cosas nos lleven a un equilibrio creativo?
Tu YO CREATIVO
Pues precisamente la ciencia ha descubierto que en nuestro niño interior está nuestro ser creativo y que cuando conectamos con ese niño o niña que todos llevamos por dentro, pero que a veces no escuchamos, es cuando sucede la magia.
Dejamos de sentirnos bloqueados y conectamos con nuestra creatividad porque una cosa es cierta: todos somos seres creativos. Todos nacemos con este instinto y con la habilidad de ver la vida con los ojos de un niño que mira todo por primera vez.
Pero, ¿cómo conectar con la creatividad y con nuestro niño interno en la escritura?
Controla a tu crítica interna sin deshacerte de ella:
A menudo sentimos que nos gustaría matar a nuestro crítico interior. Pero conectar con nuestro niño interior y desbloquear su creatividad no significa que tenemos que silenciarlo. Lo que debemos hacer es reprogramar la manera en la que nos vemos y cambiar el diálogo negativo con el que nos hablamos y las palabras con las que nos juzgamos por frases positivas que honren nuestra creatividad.
Tú eres una persona creativa
Todos somos seres creativos, lo que pasa es que te has creído por mucho tiempo que tú no haces parte de ese grupo. Pero es una creencia. Una creencia que tú puedes cambiar si te das el permiso de volver a tu fuente.
No reprimas las cosas que te gustan
Dicen que para sentirnos totalmente creativos y vivir la vida de una manera feliz, tenemos que hacer más de las cosas que nos gustan. En mi caso, bailar. Cuando bailo siento que conecto con mi cuerpo y lo siento de pies a cabeza, y en cada movimiento siento cómo la energía se expande y me deja con ganas de crear. Esa es la fuente creativa.
¿Qué te gusta a ti y que has descubierto que ya no haces?
Haz más de lo que te apasiona.
Preocúpate menos, juega más
Vivimos de preocupación en preocupación.
Deja de lado tus problemas (aunque solo sea por un momento) y desconecta de tu rutina y tus obligaciones y permítete disfrutar. ¡Tu cerebro, al igual que tu cuerpo, también necesita un descanso!
La preocupación crónica puede provocar efectos físicos y mentales dañinos causados por la liberación de cortisol, incluyendo la depresión, ansiedad, estrés y náuseas ; además de debilitar tu sistema sistema inmunológico. Y cuando tu energía vital está bajita, atraes más de lo mismo.
No tengas tanto miedo a equivocarte Aunque lo evites, lo harás. Pero no veas el “intentar” como algo negativo sino como una oportunidad de aprendizaje.
Por qué, por qué y por qué
Cuando estás con niños pequeños normalmente recuerdas lo que es ver la vida con curiosidad y conectas con esa frase que dice que deberíamos ver la vida con los ojos de un niño que ve todo por primera vez.
¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué desayunamos por la mañana y cenamos por la noche? ¿Por qué tengo que ir a la escuela? ¿Por qué, por qué, por qué?…
Los niños se preguntan constantemente cómo funciona el mundo y por qué funciona de esa manera, mientras que los adultos asumimos sin rechistar lo que otros nos dicen, o directamente lo ignoramos.
¿Cuándo dejamos de hacernos preguntas?
Observa tus sentimientos
Nuestro niño interior es sensible, es vulnerable y, como nosotros, también tiene un montón de miedos. Miedos que nosotros justamente desarrollamos y se intensifican en la adultez.
Es importante que busques espacios que te ayuden observar cuáles son los miedos e inseguridades que experimentas ahora y te preguntes cuántos de ellos iniciaron en la infancia.
Escribe sin razón alguna
No siempre tenemos que tener una razón para escribir como publicar en Instagram o escribir un blog, a mí me encanta cuando escribo por gusto. Porque lo siento y no me puedo controlar. Porque lo necesito y necesito desahogarme en palabras. Esto nos libera y es un ejercicio maravilloso para conectar con nuestro niño interior y dejar salir todas esas palabras que normalmente no dejamos salir en voz alta.
Conecta con tu niño interior para desbloquear tu creatividad y ponerla al servicio de la escritura
Sin complejos. De forma auténtica y clara. De forma sencilla y emotiva. Expresando esas palabras que a veces tu “YO” grande no se atreve a decir.
¿Te habías puesto a pensar que estas temáticas pudieran estar relacionadas? ¿Qué haces para mantener viva tu creatividad?